11.
¿Cómo ves el panorama de la violencia de género
actualmente en España sobre el que has escrito y dirigido una campaña?(AQUÍ ENLACE)
Lo
resumiré de una forma drástica pero real: cuando ETA aún asesinaba, las calles
de las principales capitales de España se llenaban de manifestaciones de
protesta. Pues bien, sólo en el mes de enero de este año, en dos semanas, seis
mujeres eran asesinadas por sus parejas. No vi por capital alguna a ningún
manifestante en contra de este otro terrorismo. Mi experiencia en este ámbito,
respecto a la campaña que promovimos sin apoyo alguno, ha sido decepcionante
desde el punto de vista político, institucional y mediático. Eso sí, en el día
señalado para esta causa, hubo muchos posados.
12 . ¿Qué
crees que deberíamos hacer los humanos para acabar con el machismo y fomentar
la igualdad?
La
principal herramienta debe ser la educación en todos los parámetros sociales.
Echo de menos cartelería en los colegios, clases específicas, ayuda psicológica
y fórmulas de protección
garantes
de la seguridad de la mujer y, no lo olvidemos, también del hombre.
13. ¿Qué opinión te merece la actual Unión
Europea?¿Y los recortes en servicios públicos a los que nos obliga Europa para
cumplir con nuestros objetivos de déficit?
Creo
que la construcción de Europa se ideó desde las motivaciones económicas, no
sociales. De aquel Mercado Común Europeo se generó un disfraz federal que
seguía encubriendo los verdaderos intereses, los intereses económicos de
siempre, entre ellos la creación y aceptación de una moneda única que agilizara
la compra-venta de mercancías pese a que crease la madre de todas las burbujas.
La crisis actual europea no debe buscar su origen en el mercado de la vivienda;
la crisis se fecundó gracias a la fórmula empleada para llegar a los acuerdos
del euro.
Por
otro lado, Kafka se partiría de risa si
comprobase cómo funcionan las ultramodernas instituciones europeas en lo que se
refiere al ciudadano de a pie, a lo que nos afecta a todos y a todas.
La
fórmula del recorte económico conlleva la modificación de las preferencias
sociales. Gracias a políticas económicas desastrosas se logra cambiar las
prioridades de las familias hasta que vence la necesidad de no pasar hambre, de
no perderlo todo y uno se olvida de sus derechos. Esos que garantiza ese otro
manual, merecedor de otro museo, que se debe poner al día con urgencia: la Constitución de 1978.
14.
Recién abdicado el rey, como luchador por la
justicia y la igualdad que eres al igual que yo, ¿crees que se debería dejar
opinar a la población si quiere una monarquía o una república?
En las
cuestiones que se refieren a los modelos de organización del estado, la sociedad
siempre debe tener derecho a la elección. Dado que no existe ley alguna que
obligue a los partidos políticos de nuestro país a cumplir el programa con el
que llegan a posicionarse en el gobierno, la sociedad no puede dejar este tipo
de decisiones en aquellos que ha elegido como representantes. El anterior
monarca hizo un pacto de estado con el cual se genero un modelo que posibilitó
la entrada en vigor de la democracia. El nuevo rey, debe consultar a la
población pues, de otro modo, su cargo no es más que una imposición. Si
recorremos las genealogías de los reyes, siempre hereditarias, llegamos al
momento que uno de ellos, en cada estirpe, determina que el poder de su mandato
proviene de Dios. Si aplicamos una simple operación transitiva sabremos quién ha
puesto a este señor a llevar el cetro y a ser capitán general de todos los
ejércitos (no olvidemos esto nunca)
15.
¿Y cuál es tu opinión respecto al curioso resurgimiento de la extrema
derecha y el nazismo en países Europeos tales como Alemania o Francia?
La
historia se repite porque las motivaciones se repiten. El discurso del miedo
siempre genera odio. El fascismo, que sabe manejar como nadie la propaganda
política del miedo (a la pobreza, al extranjero, a la debilidad como país, al
futuro), dispone ahora de vehículos de transmisión enormes. Cuando veo lo que
ocurre siempre recuerdo una secuencia magistral de la película “Cabaret” en la
que, tras la interpretación de un himno bávaro por parte de un joven de las
juventudes hitlerianas —al que se suma en crescendo una multitud—, el
protagonista pregunta a su acompañante: “¿De verdad piensas que lograréis
pararlos…”
Por
desgracia, me han educado de una forma muy pragmática. Durante muchos años sólo
se solicitaban mis servicios cuando surgían problemas aparentemente
irresolubles (en plan el “Señor Lobo” de “Pulp Fiction”, mote que llegaron a
colocarme en su momento) y esa capacidad me obliga a detectar el problema,
adelantarme a su efecto y a estudiar los posibles daños colaterales de las
soluciones que propongo, con el fin de evitarlos.
En la
actualidad, en todos los sectores, motivados por la crisis y por el afán de
riqueza inerte, todas las decisiones se toman a corto plazo, se parchea, no
hacemos más que poner tapones en cada vía de agua en lugar de arreglar el bote
o construir otro. No se hace esa previsión de daños a la que me refería antes.
Esta tendencia, por su propia idiosincrasia, es lo más parecido a un efecto de
bola de nieve. La bola ya es muy grande, crece y cae montaña abajo sin control,
arrollando lo que se encuentre por delante. Al final, como las burbujas,
siempre se hace añicos pero las víctimas son incalculables.
La
única solución que encuentro para evitar ese final es parar la maquinaria,
revisar los motores, limpiarlos y chequear cuanto mal le estamos haciendo al
mundo y a todas sus especies, incluida la nuestra, por si el daño tiene
solución o por si debemos inventar otro motor. Eso sólo se puede hacer
utilizando las urnas, convirtiéndonos en políticos de nuestra propia vida y
sacando toda la grasa, las esquirlas y los engranajes defectuosos para que no
terminen gripándonos a todxs.
Por último, quiero finalizar esta entrevista, pese a que no venga a cuento, con una canción del grupo Artic Monkeys, que, poética e irónicamente hace un llamamiento al amor. Suck it and see(oficial)
Buena entrevista.Para cuándo habrá más?
ResponderEliminarSupongo que la semana que viene. Es una sorpresa...
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